En la vida cristiana, los milagros son acontecimientos extraordinarios causados por el poder de Dios. Los milagros son un elemento importante en la obra de Jesucristo y forman parte del evangelio.
Los milagros son el lenguaje de Dios, signos de su existencia y de su amor. Los milagros manifiestan que Él es verdaderamente Dios, manifiestan su omnipotencia y su divinidad, su amor por el hombre.
Los milagros vienen en muchas formas, pero Dios los realiza para los mismos propósitos generales. A veces los milagros sanan, consuelan o protegen físicamente a los hijos de Dios, pero esos efectos externos no son el único motivo para que haya milagros.
Los creyentes no deben ver los hechos milagrosos como un fin en sí mismo, sino que por el contrario deben verlos como un medio para conocer más de Jesús y poder seguirle por el camino