4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario hasta que sean cumplidos los días de su purificación. 5 Y si da a luz una hija, quedará impura dos semanas, conforme a su impureza, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
Se llama purificación a la acción y efecto de devolver al cuerpo su pureza. Se recurre a ella ya como medida de limpieza, ya como símbolo de la pureza del alma en ciertas ceremonias religiosas, siendo este el caso más frecuente.