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¡Qué hermoso consejo! Mantener nuestra mirada en Dios nos ayuda a encontrar paz y propósito en medio de las dificultades.
- Oración constante: La oración es una forma poderosa de mantenernos conectados con Dios. En 1 Tesalonicenses 5:17 se nos anima a “orar sin cesar”.
- Lectura de la Biblia: La Palabra de Dios nos guía y nos fortalece. Dedicar tiempo diario a leer y meditar en la Biblia puede ayudarnos a mantener nuestra mente y corazón enfocados en Dios. Salmos 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.
- Adoración y alabanza: La adoración nos ayuda a centrar nuestra atención en Dios y a recordar Su grandeza y bondad. Efesios 5:19 nos anima a “hablar entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.
- Comunión con otros creyentes: Rodearnos de una comunidad de fe nos brinda apoyo y nos ayuda a mantenernos enfocados en Dios. Hebreos 10:24-25 nos exhorta a “considerarnos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos”.
- Servicio a los demás: Servir a otros en el nombre de Cristo nos ayuda a vivir nuestra fe de manera práctica y a mantener nuestra mirada en Dios. Mateo 25:40 dice: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
