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La contaminación
La contaminación, en cualquier forma, afecta la creación de Dios y es una responsabilidad que la humanidad debe asumir. En la Biblia, la tierra y la naturaleza son vistas como regalos divinos que debemos cuidar y proteger. Descuidar este deber y permitir la contaminación no solo daña el planeta, sino que también va en contra de los principios de custodia y respeto por la creación que Dios nos ha encomendado. Nos recuerda la importancia de ser buenos administradores de los recursos que tenemos.
En la Biblia, la contaminación también puede verse desde una perspectiva espiritual. Jesús habló sobre la importancia de la pureza interior en Mateo 15:11, diciendo que «lo que sale de la boca del hombre, eso contamina al hombre». Es un recordatorio de que nuestras acciones y palabras también deben reflejar nuestra devoción a Dios.
Además, cuidar el medio ambiente es un acto de respeto hacia el Creador. En Génesis 2:15, Dios puso al hombre en el jardín del Edén para «cultivarlo y cuidarlo». Esta tarea sigue siendo relevante hoy. Si tratamos el planeta con el respeto que merece, reflejamos nuestro respeto hacia el Creador.
Sigue brillando esa luz.
Además, vivir de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente es una forma de demostrar nuestra fe en acción. ¿Sientes que hay formas en las que podrías involucrarte más en esta causa?