La Biblia dice que los cristianos deben acudir a la ayuda de Dios «además de» y no «en lugar de» recurrir al tratamiento médico adecuado. En Mateo 9:12, Jesús dice: «No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos».
La sanidad espiritual se obtiene al expresar y escuchar testimonios humildes. Un testimonio expresado en un espíritu de arrepentimiento, de agradecimiento por la providencia divina y de acuerdo con la guía divina es un poderoso remedio para aliviar la angustia y las preocupaciones del corazón.
Algunos pasajes bíblicos relacionados con la sanidad son:
- Salmo 41: «Jehová lo sostendrá en el lecho del dolor; ablandará su cama en la enfermedad»
- Salmo 46: «Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones»
- Santiago 5: «Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados»
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