Un encuentro con Jesús

“Más yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo:¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús”.

(Hechos 9:3-5) RVR1960

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San Juan 4: 1-42

La vida entera del ser humano depende de un Encuentro… ¡De un Encuentro con Jesús! Esto es la experiencia más maravillosa que cualquier persona pueda tener. Conocer a Jesús nos da vida eterna, nos hace libres, nos permite restaurar nuestra relación con el Padre y disfrutar de la plenitud de Su bendición.

Antes de conocer a Jesús, el apóstol Pablo era conocido como Saulo de Tarso, un perseguidor de la iglesia cristiana, quien por su celo religioso pensaba que el cristianismo era un peligro para los judíos. La Palabra describe la actitud
de Saulo frente la iglesia de la siguiente manera: “Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos
hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén” (Hechos 9:1-2).

Sin embargo, cuando iba camino a Damasco, ocurrió lo extraordinario, una luz rodeó al apóstol y así conoció a Jesús. Después de su Encuentro, Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Y se convirtió en el más ferviente predicador del evangelio, llevando el mensaje a todos los rincones de la tierra.

¿Qué produjo un cambió tan radical en la vida de Pablo? Un Encuentro con Jesús, y vemos que lo mismo sucedió con grandes hombres de Dios como Jacob, Moisés o Pedro. Todos fueron transformados por el poder de un Encuentro y además recibieron un poderoso llamado que los llevó a cumplir el propósito del Señor.

Es importante entender que uno de los frutos de un Encuentro es el llamado al ministerio: “Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hechos 26:15-18) RVR1960

Conozco algunas personas que tratan de implementar la Visión como si fuera un simple método, esperando ver grandes resultados solamente por seguir algunos pasos, pero se olvidan de lo más importante: que todo, incluyendo el crecimiento ministerial, empieza teniendo un Encuentro con Jesús.

Quiero hacerle una pregunta, ¿Ha tenido usted un Encuentro personal con el Autor de la Vida? 

Todo el éxito ministerial depende de su relación con Jesús. Así que quiero invitarlo a que le busque de todo corazón. ¡Él anhela usarlo poderosamente para extender el reino de Dios a través de su vida!

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