Pedro se refiere a esto como una esperanza viva, y viva significa que es algo que llega a nosotros cada día; es algo que está disponible todo el tiempo.
La esperanza del cielo.
Esto nos da una esperanza viva”, la cual nos hace merecedores de “la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse” (1 Pedro 1, 3. 4). Pero ¿cuál es esta herencia? ¡Es nada menos que la promesa del cielo!
https://fb.watch/so5MdxUxWi/