Según la Biblia, Dios nos creó a todos con un propósito, que es adorarlo y glorificar su nombre. El propósito de Dios es darnos felicidad eterna.
Según Mateo 22:37-40, nuestro propósito en la vida es amar a Dios plenamente y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Según la Iglesia de Dios Unida, el propósito de Dios para la humanidad es preparar a quienes él llama para que posean el Reino de Dios y se conviertan en reyes y sacerdotes para reinar con Cristo a su regreso.
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Nuestro principal llamado es amar a Dios por sobre todas las cosas, tener una relación cercana con Él y obedecer sus mandamientos.
Según el Antiguo Testamento, el profeta Jeremías declara: “Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón” (Jeremías 29:13, Nueva Versión Internacional). Esto sugiere que el propósito de Dios en la vida de una persona implica buscarlo activamente y estar en comunión con Él.