La oración es una forma de comunicarse con Dios y mantener una conexión con los cielos. La oración diaria permite que el Espíritu Santo esté presente, consuele y guíe, y pueda dar respuestas, ayudar a sentir el amor de Dios y traer paz y alegría. La oración también es una oportunidad para elevar la gratitud y las súplicas a Dios, y para descubrir lo que Él quiere decir cada día.
La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos en la tierra, y permite comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar su guía diariamente. La oración es un diálogo franco y sincero con nuestro Padre Celestial, y debemos orar a Dios y a nadie más.
Para llevar una vida de oración, se puede:
- Alinear las metas y los sueños con Dios
- Orar por el poder de Dios, por la presencia de Dios y por la protección de Dios
- Programar tiempo suficiente para comunicar los deseos más profundos del corazón con esmero y humildad
- Invitar al Espíritu Santo para que ayude a saber por qué cosas orar